La emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina: Desafíos, contribuciones y compromisos para abordar los problemas complejos del siglo XXI – TOMO I

Esta obra colectiva testimonia la vitalidad de la Comunidad de Pensamiento Complejo y el compromiso de su animador, Leonardo G. Rodríguez Zoya, con el desarrollo del pensamiento complejo. La emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina constituye uno de los trabajos colectivos más significativos sobre complejidad que se han producido en el último tiempo y, sin duda, uno de los más relevantes en América Latina.

En la emergencia de esta obra veo el retoño de un pensamiento que se abre a la complejidad de la vida como un árbol que se ramifica en múltiples direcciones, religando los conocimientos dispersos en disciplinas incomunicadas para dar sentido a la complejidad del mundo. El florecer de este trabajo colectivo constituye un meta-punto de vista a través del cual puedo pensar la búsqueda de un método de la complejidad que animó mi aventura intelectual desde mediados de la década de 1970. En Mis demonios escribí: “no soy de los que tienen una carrera sino de quienes tienen una vida”. La complejidad de la vida ha nutrido el desarrollo de mi obra, la cual ha alimentado la itinerancia de mi camino vital e intelectual. En esta aventura del método he procurado problematizar la complejidad del mundo físico, biológico y antroposocial como problema epistemológico, ético y político. Ahora bien, el método del pensamiento complejo no sustituye ni reemplaza los métodos científicos, sino que constituye con respecto a éstos un meta-punto de vista que procura estimular un pensamiento reflexivo de la ciencia sobre sí misma.

Uno de los principios de la complejidad señala que todo lo que no se regenera se degenera, es preciso regenerarse para no degenerar. Este principio que se manifiesta claramente en la complejidad biológica, en la regeneración de las células y la auto-eco-organización de la vida, es igualmente válido para los conocimientos y los sistemas de ideas. La racionalidad degenera en racionalización cuando abandona el diálogo incierto e inacabable con lo real; la teoría degenera en doctrina cuando expulsa los argumentos que la contradicen o las evidencias que la refutan; el pensamiento complejo degenera en pensamiento simplificante cuando renuncia a la búsqueda permanente de una racionalidad abierta y autocrítica. En tal sentido, uno de los aportes fundamentales de La emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina es contribuir a la regeneración del pensamiento complejo a través de una crítica y una reflexión sobre las posibilidades, límites y alcances del conocimiento complejo.

En Introducción al pensamiento complejo he afirmado que la complejidad es una palabra-problema y no una palabra-solución. El pensamiento complejo está animado por una tensión permanente entre la aspiración a un saber no parcelado, no dividido, no reduccionista, y el reconocimiento de lo inacabado e incompleto de todo conocimiento. Ahora bien, el problema de la complejidad no comprende sólo un desafío cognitivo, sino que constituye, además, un problema práctico que abarca la vida del ser humano. Por ello, el desafío de la complejidad no puede reducirse al terreno científico, sino que convoca también un pensamiento sobre la ética, la política, la educación y la vida.

En consecuencia, se vuelve fundamental articular la complejidad restringida y la complejidad general. La primera se despliega a nivel científico a través de la formalización, modelización y simulación de sistemas complejos, pero tiende a excluir de su interrogación una reflexión epistemológica y ética sobre la complejidad de los problemas fundamentales que no resulta matematizable ni cuantificable. La complejidad general, por su parte, reconoce los aportes de las ciencias de la complejidad, pero insiste en un replanteo epistemológico que lleve a la reorganización del conocimiento. Es en este plano donde emerge el verdadero desafío de un paradigma de la complejidad como paradigma civilizatorio de una sociedad-mundo. Pues bien, considero que esta obra inaugura, asimismo, un diálogo constructivo entre el pensamiento complejo y las ciencias de la complejidad al procurar simultáneamente una reflexión paradigmática y epistemológica de la complejidad sin descuidar los desafíos científicos que la complejidad plantea ni las implicancias éticas, políticas y educativas del pensamiento complejo. Estoy persuadido de que uno de los aportes teóricos más relevantes de esta obra es la apuesta por introducir el concepto de problemas complejos en el repertorio reflexivo de la complejidad. El porvenir de la humanidad y la emergencia de la Tierra-Patria como comunidad de destino planetaria están ligados a la posibilidad de reformar nuestro modo de pensamiento sobre los problemas más graves que son, desde luego, problemas complejos.

El pensamiento complejo no es propiedad de un autor, sino que constituye un desafío colectivo que es, a la vez, científico y filosófico, ético y político, teórico y práctico, académico y ciudadano para comprender la complejidad del ser humano y regenerar el porvenir de la humanidad. En el Tomo 6 de El Método he planteado que el pensamiento complejo es un pensamiento que religa y que la ética compleja es una ética de la religancia. Así, considero que esta obra es una obra que religa: religa saberes de distintas disciplinas y religa a varios autores de distintos países en un trabajo de pensamiento colectivo. Esta obra procura asumir el desafío de la complejidad y expresa la práctica del pensamiento complejo en el plano epistemológico y ético. Celebro animosamente la iniciativa, el esfuerzo y el compromiso comprendidos en esta obra colectiva y confío en su valor y trascendencia para pensar y abordar los problemas complejos del siglo XXI. La emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina es, decididamente, una invitación al pensamiento y la acción.

Edgar Morin

París, 23 de septiembre de 2016

INTRODUCCIÓN GENERAL A LA OBRA

La ciencia, la sociedad, la universidad, la educación, la política, las empresas, las organizaciones, los individuos e, incluso, la humanidad en su conjunto, se enfrentan cada vez más a problemas de complejidad creciente. En este contexto nuevos desafíos emergen para todos los actores sociales, políticos, económicos y científicos. La complejidad de los problemas fundamentales de nuestras sociedades exige nuevas estrategias de pensamiento, de conocimiento y de acción. Comprender la complejidad se vuelve un desafío crucial para visibilizar alternativas y construir nuevas posibilidades en un futuro incierto.

La transformación de la sociedad actual en una sociedad más deseable requiere, ineludiblemente, la comprensión, planificación estratégica y acción transformadora sobre problemas complejos fundamentales. La motivación principal de esta obra ha sido asumir colectivamente el desafío teórico y práctico, epistémico y político, científico y filosófico de problematizar la complejidad como un concepto paradigmático que puede ayudarnos a pensar y redefinir las posibilidades y límites de nuestros modos de pensamiento, de nuestras estrategias de construcción de conocimiento y de nuestros modos de objetivación de la realidad. En este contexto adquiere pertinencia la emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina como estrategia colectiva para pensar y actuar los múltiples desafíos que suponen los problemas complejos del Sur en el siglo XXI.

Esta obra colectiva es el resultado de un proyecto internacional animado por la Comunidad de Pensamiento Complejo (CPC) que tuvo como objetivo estratégico dos metas principales. Por un lado, se propuso construir un espacio de encuentro entre investigadores que trabajan desde diferentes enfoques de complejidad en la región pero que todavía no se han reunido en un diálogo colectivo e interdisciplinario. Por otro lado, se pretendió incentivar la reflexión crítica sobre los aportes que los enfoques de la complejidad, en todas sus expresiones teóricas y metodológicas, pueden realizar a la comprensión de los problemas complejos de América Latina.

La concepción y desarrollo de esta obra implicó la construcción de un colectivo de trabajo integrado por más de treinta colegas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, Francia, México, Uruguay y Venezuela que desempeñaron distintos roles y funciones en un proceso editorial de gran envergadura. La construcción de la obra se llevó a cabo a través de una convocatoria pública y abierta a la comunidad académica internacional en cuyo marco se recibieron 237 contribuciones de 350 autores pertenecientes a 14 países. Todas las contribuciones fueron sometidas a un riguroso proceso de evaluación que permitió seleccionar los trabajos de mayor calidad académica que componen los tres tomos de La emergencia de los enfoques de la complejidad en América Latina.

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